martes, 3 de diciembre de 2013

El estrés de los padres y la violencia doméstica podrían afectar el desarrollo del niño

Aunque no se halló un vínculo directo, los investigadores sugieren hacer pruebas exploratorias a los niños para los factores de riesgo 


Una investigación reciente sugiere que los niños que son expuestos a la violencia doméstica y a padres deprimidos o ansiosos son más propensos a retrasos en el desarrollo de las habilidades lingüísticas, motoras y sociales. 

No está claro que esos tipos de problemas en el hogar en realidad causen que los niños no alcancen los hitos del desarrollo tan rápidamente como otros niños, y es posible que no haya una conexión directa. Aún así, los investigadores dijeron que los hallazgos apuntan a la importancia de las pruebas de exploración administradas a los niños en busca de señales de que están expuestos a la violencia o al estrés de los padres, dado que entonces los trabajadores sociales podrían intentar ayudarles a mantenerse al día en términos del desarrollo. 

"Así mismo, los niños que no logren alcanzar los hitos importantes del desarrollo deben someterse a pruebas para la violencia de pareja y el distrés psicológico de los padres, de forma que esos factores de riesgo también se aborden si existen", comentó Amy Lewis Gilbert, profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana y autora líder del estudio, que aparece en la edición de diciembre de la revista Pediatrics

La violencia doméstica, que se da en las parejas que están en relaciones, afecta a un estimado de 1.5 millones de mujeres y 835,000 hombres en EE. UU. cada año, según el estudio. Pero las cifras podrían ser mucho más altas, porque algunos casos no se reportan. Un estudio de 2011 que revisó la investigación existente sugirió que la violencia doméstica afecta a 10 millones de niños cada año. 
 
"Sabemos con certeza que la violencia familiar y el estrés psicológico de los padres afectan a los niños de todas las edades", dijo Susan Campbell, profesora de psicología de la Universidad de Pittsburgh que está familiarizada con los hallazgos del estudio. Los niños afectados tienen más dificultades psicológicas, no se llevan igual de bien con los demás niños y les va peor en la escuela, advirtió. 

Averiguar exactamente cómo éstos y otros factores afectan a los niños es difícil, planteó Campbell, pero pueden resultar dañados por una crianza dura y negativa, una falta de afecto de parte de los padres y una falta de apoyo para el aprendizaje. 

En el nuevo estudio, los investigadores observaron a casi 17,000 niños menores de seis años que fueron tratados en cuatro clínicas pediátricas de Indianápolis entre 2004 y 2013. Los padres de los niños tomaron unas encuestas, y el estudio incluyó un análisis de sus respuestas. 

Casi la mitad de los niños eran negros, y el 82 por ciento estaban en Medicaid u otro programa de seguro público. Los padres del 2.5 por ciento de los niños reportaron violencia doméstica, y el 12 por ciento mostraron señales de depresión, ansiedad o ambas cosas. 

En general, más de un tercio de los niños no había alcanzado al menos uno de varios hitos del desarrollo. 

Los investigadores, que ajustaron las estadísticas para que tomaran en cuenta el sexo y la etnia, hallaron que los niños cuyos padres estaban estresados, habían experimentado violencia doméstica o ambas cosas eran más propensos que los demás a tener problemas con el lenguaje, las habilidades sociales y las habilidades motoras. 

Sin embargo, comentó Campbell, el estudio tuvo varios puntos débiles. Quizás haya obviado casos de violencia doméstica, depresión y ansiedad en los padres, señaló, y los hallazgos no toman en cuenta los efectos posibles de dos factores importantes: el nivel educativo de los padres y cuántos padres permanecían en la familia. 

"No es un gran estudio, pero el mensaje es importante", planteó. "Si los pediatras y las enfermeras de atención primaria se convencen de los efectos letales del riesgo familiar sobre el desarrollo de los niños, quizás sean más propensos a proveer remisiones para la intervención"

"Por supuesto, eso es un tema completamente distinto, ya que no hay suficientes servicios de calidad disponibles para los niños que viven en familias que requieren una variedad de servicios sociales, a pesar de que décadas de investigación subrayan su efectividad", lamentó. 



Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Amy Lewis Gilbert, J.D., M.P.H., assistant professor of pediatrics, Indiana University School of Medicine, Indianapolis; Susan Campbell, Ph.D., professor of psychology, University of Pittsburgh; December 2013 Pediatrics

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